Carolingios

*Carolingios

 Romance de doña Alda
En París está doña Alda,
la esposa de don Roldán,
trescientas damas con ella
para bien la acompañar;
todas visten un vestido,
todas calzan un calzar,
todas comen a una mesa,
todas comían de un pan
si no era doña Alda,
que era la mayoral.
Las ciento hilaban oro,
las ciento tejen cendal,
las ciento instrumento tañen
para doña Alda holgar.
Al son de los instrumentos
doña Alda dormido se ha;
ensoñado había un sueño,
un sueño de gran pesar.
Recordó despavorida
y con un pavor muy grande
los gritos daba tan grandes
que se oían en la ciudad.

Este romance se creía que se inspiraba en al bellísima y breve estrofa de la Chanson de Ronal relativa a la muerte de doña Alda.



Romance de la doña Melisenda
Todas las gentes dormían
en las que Dios había parte;
mas no duerme Melisenda,
la hija del emperante,
que amores del conde Ayuelos
no la dejan reposar.
Salto diera de la cama
como la parió su madre,
vistiérase una alcandora
no hallando su brial,
base por los palacios
donde sus amas están,
dando palmadas e ellas.

En el romance de Melisenda desarrolla una aventura repetida en muchas Chanson de geste.